
SOMOS CÍCLICAS (y esto nos hace poderosas)
Las mujeres en edad reproductiva somos cíclicas, variables e inconstantes. A diferencia de los hombres, las mujeres vivimos, periódicamente, un ciclo de cambios mentales, físicos y emocionales que afectan a nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos. Esto nos hace completas y poderosas, ya que si aplicamos las habilidades que nos ofrece cada momento del ciclo, alcanzaremos nuestro máximo potencial tanto en el ámbito laboral/empresarial como en el personal. Estas habilidades mentales, emocionales, intuitivas y físicas se potencian de manera distinta en las 4 fases de las que se compone un ciclo menstrual.
Según la medicina china, el ciclo menstrual se interpreta a través del diagrama del yin y el yang, reflejándose en él la interdependencia entre estos. El yin depende de la función del yang y el yang depende del yin como su base material. Ninguno de ellos puede existir sin el otro y ambos se complementan en sus funciones. Mientras uno de ellos se expande hasta alcanzar su máxima expresión, el otro se consume, pero dando lugar al crecimiento del otro. Este baile crea el fundamento del ciclo menstrual, y si intentamos vivir de acuerdo a ello, viviremos la vida según nuestra naturaleza femenina y disfrutaremos de nosotras mismas. El yin se desarrolla durante 14 días (en un ciclo menstrual de 28 días) y, después, deja paso al yang, que depende del yin y lo consume hasta que alcanza su nivel máximo al cabo de 14 días, momento en que se vuelve a iniciar el crecimiento del yin.
El ciclo menstrual empieza el primer día del sangrado menstrual en que el yin comienza a crecer, ya que es la fase donde interviene la parte material del ciclo: la sangre menstrual se expulsa, los líquidos acumulados se eliminan y empieza a madurar un nuevo folículo ovárico gracias a las sustancias nutritivas que llegan a los ovarios a través de la circulación. Hacia el día 14 del ciclo, cuando el yin llega a su cénit, el inicio del crecimiento del yang permite la ovulación y el óvulo ya maduro sale del ovario gracias a la fuerza y al calor que caracterizan al yang. Empieza una fase de movimiento: el óvulo debe circular libremente y sin obstáculos por las trompas uterinas para encontrarse, o no, con un espermatozoide. El qi (‘energía vital’) y el yang activan la sangre y los líquidos para llegar hasta el endometrio y llenarlo. Cuando el yang alcanza su máximo, el útero se abre y permite la menstruación.
Las 4 fases del ciclo menstrual y las habilidades que las caracterizan son las siguientes:
1. Menstruación (xue). Fase reflexiva.
Aproximadamente del día 1 al 7 del ciclo menstrual (durante el período menstrual). En esta fase se eliminan todas las sustancias que se han ido acumulando durante el ciclo, y que se reflejan en la sangre menstrual. Es una etapa de recogimiento e hibernación, en la que hay menor resistencia física y mental y más necesidad de sueño. Es un buen momento para reducir la velocidad, cuidar nuestro cuerpo y descansar para dar espacio a la renovación. Se trata de un período óptimo para despreocuparnos, ser quienes realmente somos, desplegar nuestra creatividad, sentir y reconectar con lo que realmente es importante para nosotras mismas. Es esencial que se respete esta fase, tanto la demanda de descanso y desconexión como la importancia de la menstruación en sí. La sangre menstrual debe ser fluida, sin coágulos y sin dolor. Si esta etapa no se realiza de acuerdo a sus necesidades, se pueden ver alteradas las otras fases del ciclo, ya que dependen de estos días.
2. Preovulación (yin). Fase dinámica.
Aproximadamente del día 8 al 14. Todo lo que se ha vaciado se empieza a llenar. El cuerpo recupera el yin, sangre y líquidos. Empieza una fase activa en la que nos sentimos motivadas para llevar a cabo tareas tanto desde el punto de vista físico como en el plano mental. Con la mayor agudeza de nuestro intelecto, es un momento óptimo para comenzar nuevos planes de vida e introducir cambios en nuestra forma de vivir y trabajar, iniciar nuevos proyectos y entrar en acción. En estos días, hay que ayudar al cuerpo a nutrirse e hidratarse a través de la alimentación o la suplementación (plantas medicinales, vitaminas, minerales).
3. Posovulación (yang). Fase expresiva.
Aproximadamente del día 15 al 21. Una vez pasada la ovulación, la energía que requiere el movimiento que se produce en las trompas y el útero hace que nos sintamos menos vitales para terminar nuestros proyectos y satisfacer nuestras necesidades personales. Nos sentimos más conectadas con lo que necesitan los demás y deseamos apoyarles. Es un buen momento para respaldar los proyectos ajenos, para formar equipo en lugar de actuar de forma individual. Esta fase yang requiere calor y movimiento: hay que evitar el sedentarismo y el contacto con el frío o la humedad.
4. Premenstruación (qi). Fase creativa.
Aproximadamente del día 22 al 28 del ciclo menstrual. El yang está en su apogeo y toda la energía acumulada durante el ciclo hace que tengamos muchas ganas de hacer cosas, limpiar y ordenar, aunque también queremos descansar para empezar a conectar con nosotras mismas en la siguiente fase menstrual. Es el momento óptimo para deshacernos de nuestros residuos mentales, emocionales y físicos. En esta fase tenemos la habilidad de producir cosas y objetos porque la mente está inquieta e hiperactiva, pero esta actividad mental refleja la creciente energía creativa que fluye por el cuerpo, y que puede ser destructiva si no consigue encontrar una forma y expresión positivas. Para vivir bien esta etapa es necesario respetar las fases anteriores, entenderla, expresar la creatividad y aplicar técnicas o terapias que ayuden a soltar, dispersar o hacer fluir la energía acumulada.
La medicina china, al reconocer los diferentes momentos del ciclo menstrual, puede adaptar el tratamiento a cada fase para que la mujer viva con plenitud, saludable y conectada con los ciclos de la naturaleza. Si quieres saber más, consulta la bibliografía de Miranda Gray (Luna Roja o Las 4 Fases de la Luna Roja, por ejemplo), la página web de Sophia Style (www.mujerciclica.com) o los libros de Anna Salvia Ribera (Viaje al ciclo menstrual, entre otros).
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